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jueves, 24 de febrero de 2011

CON TU ACTITUD MENTAL, PREPARAS TU MAÑANA.



Muchos se pasan la vida anhelando ser exitosos y buscando encontrar la lámpara de Aladino que les cumpla sus deseos, desafortunadamente al pasar los años encontramos que un alto porcentaje de las personas se encuentran viviendo una vida que no desean, en un trabajo cuya única satisfacción es la retribución monetaria (y a veces ni siquiera eso), en fin, se despiertan a la realidad de que esa vida exitosa que soñaban no se ha realizado. ¿Entonces? ¿Es muy tarde? ¿No hay nada que se pueda hacer?



La ciencia médica se ha encargado de fundamentar los conceptos básicos que demuestran la conexión de nuestra mente con nuestro cuerpo. Mientras la Psicoterapia del Dr. Freud se extendía por el mundo médico, una corriente menos conocida se propagaba igualmente de manera inadvertida, la Visualización Mental para el tratamiento de problemas de salud. Ésta visualización se utilizaba básicamente para el tratamiento de trastornos emocionales. Dichas técnicas llevaban distintos nombres dependiendo de quien las practicara, Sueño despierto Dirigido (Robert Desoille), Psicosíntesis (Roberto Assagioli), Visualización Afectiva Guiada (Hans Carl Leuner), Imaginación Activa (Carl Jung),la implementación de estas técnicas sirvió de inicio para el desarrollo de la Visualización Mental dirigida al tratamiento de enfermedades físicas.

Ciertamente, existe entonces no solo una conexión entre la mente y el cuerpo, sino que la mente ejerce una influencia poderosamente fuerte sobre el cuerpo físico, ¿Cuántos no han sentido una grave indigestión al momento de recibir una mala noticia? Podemos asertivamente comprobar dicha relación.
Continuando con el ámbito médico, se dice que la gran mayoría de los problemas de salud son psicosomáticos, esto quiere decir que nacen en la mente, y luego se manifiestan en nuestro organismo, muchos seguramente han escuchado hablar del tratamiento “Placebo”, donde se le suministra a una persona con problemas de salud, un medicamento que en realidad no produce ningún efecto en su organismo, pero el individuo al confiar plenamente en el profesional o la persona que le suministra dicho medicamento, predispone su mente para que la curación se materialice, los resultados son sorprendentes, un alto porcentaje de pacientes reportan mejorías a sus problemas médicos, cuando en realidad están tomando una pastilla que no posee ningún tipo de químico ni substancia, que pueda efectivamente lograr dicho cambio positivo en su organismo, podemos deducir entonces que el motivo de esta mejora se encuentra en el interior del propio individuo, más específicamente en el estado mental con que afronta el tratamiento.

De acuerdo a estos argumentos podemos afirmar que existen estudios que demuestran que la mente influencia al cuerpo, positiva o negativamente, pasemos pues a otro aspecto de nuestro humano vivir, el entusiasmo”,psicológicamente se reconoce este estado mental como la exaltación o placer que se produce cuando realizamos alguna actividad de nuestro agrado, las personas que no sienten entusiasmo por lo que hacen terminan hastiándose de su labor, pero aquellas que logran mantener este estado mental en sus actividades, no solamente encuentran satisfacción a lo que hacen, sino que están más predispuestas al éxito.
Debido a que el entusiasmo logra una buena disposición mental a la actividad realizada, éste nos permite trabajar con inspiración, con entrega, con determinación, lo cual indudablemente se reflejara en el triunfo de todo lo que se realice bajo su influencia.

Psicológicamente, encontramos que muchos de los problemas que tienen las personas en cuanto a relaciones personales o emocionales, se deben sobre todo a la imagen que estas personas tienen de sí mismas, problemas de auto-estima, complejos de inferioridad, etc. Son resultado de una errada concepción de nuestra imagen interna, sentirnos menos que los demás nos lleva a ser incapaces, inseguros y temerosos. Al contrario de aquellos que se levantan como líderes exitosos, las personas que fracasan, no confían en sí mismas y es por eso que su temor al error es más fuerte que su deseo de superación. Muchas veces el éxito se trata simplemente de intentarlo una vez más, pero aquel que no confía en sí mismo pierde toda esperanza de triunfo, y por lo tanto no se atreve a dar ese paso fundamental.


Tengamos en cuenta entonces que mucho de nuestra vida está altamente reflejado en nuestra actitud mental, y ¿Qué es la actitud mental?, es la imagen que tenemos en nuestro interior, como vimos anteriormente esto se relaciona con nuestra salud, nuestras actividades diarias o nuestras relaciones con los demás. Por lo tanto, no es casualidad que las personas que poseen una imagen mental positiva de sí mismas, obtienen resultados positivos en sus vidas.

La invitación querido lector, es que mejore la imagen mental que tiene de sí mismo, preste atención cuando inconscientemente se refiere a usted “que estúpido soy”, “nunca lo hago bien”, “tengo muy mala memoria”, “jamás podré lograrlo”, ¿Qué desea usted que exista en su vida?, ¿acaso tiene en su mente la imagen correspondiente a ese deseo? De ahora en adelante estimado amigo, seamos más conscientes de cómo nos tratamos a nosotros mismos y cómo a los demás, pues fácilmente alagamos a compañeros y amigos, pero que mal hablamos de nosotros, y ¿esperamos ser tratados con respeto? Establezca en su mente la imagen que quiere de sí, después preocúpese por lograr exteriorizar esa imagen, no olvide que su vida es el reflejo de lo que tiene en mente, por lo tanto con tu actitud mental, estas preparando tu mañana.

lunes, 21 de febrero de 2011

LO INEVITABLE



Como Sol de Media Noche es la palabra de Dios para el hombre, luz en el camino, guía en su sendero; pero cuando las angustias del día a día enlodan nuestras vidas, estas angustias se convierten en nubes grises en el cielo, que opacan la luz que con tanto amor es dirigida a todos los seres humanos…
 

Pero al igual que en el mundo real y natural, las nubes grises son necesarias, pues estas traen consigo la lluvia, indispensable para el crecimiento de la vegetación, poner fin a las sequias y a los incontrolables incendios forestales, etc, etc. Dándole continuidad a esta idea podemos comparar tales nubes grises como los problemas con los que a diario nos enfrentamos, preocupaciones a las cuales vamos dando tanta importancia que se convierten en verdaderos problemas y angustias que terminan por opacar los regalos “más sencillos” que la vida nos da. Pero ¿son necesarios estos problemas? De lo que si no cabe la menor duda es que muchos de ellos son inevitables, y ¿entonces? ¿Dónde está Dios en todo esto? Pues al igual que las grises nubes son necesarias por la lluvia que éstas traen consigo, de igual manera lo inevitable, que a veces parece catástrofe, trae en su interior la semilla del bien, cada situación difícil de nuestra existencia, trae consigo el sello de nuestro triunfo, pero debemos  saber que incluso la batalla más pequeña puede ser perdida antes de comenzar a combatirla, todo depende de la actitud con que se tome… permítanme ilustrar la idea con una corta historia que quisiera compartir con ustedes;

<< Hace muchos años en tierras muy lejanas, vivía un joven muchacho con su anciano y sabio padre a las afueras de una gran aldea, gobernada por un Rey Justo y muy poderoso, cierto día el  joven decidió salir a cabalgar solo, al cabo de unas horas el anciano padre se preocupo por su hijo, pues este tardaba mucho tiempo en regresar, así que envió a uno de sus sirvientes a que fuera a buscarlo, el sirviente volvió con el joven muchacho en sus brazos pues éste había caído de su caballo y se había fracturado una pierna, “padre, padre que desgracia, he lastimado mi pierna, padre que desgracia” gritaba el joven muchacho, el sabio anciano atendió a su hijo y entablilló su pierna y se encargó de cuidarlo, el joven no dejaba de lamentarse por su mala suerte, así que el sabio anciano le dijo; “hijo mío no maldigas tu suerte, hay que darle tiempo al tiempo, muchas veces nos suceden cosas que no entendemos por qué nos pasan, pero no maldigas tu suerte ni condenes tu existencia por una situación pasajera, ni por un hecho inevitable”. Para esa época se había desatado una guerra al norte de aquella aldea y el poderoso Rey había enviado a reclutar a todos los jóvenes mayores de 20 años que pudieran pelear en aquella batalla, es así que un caballero del reino se presentó a la casa del sabio anciano y su hijo, solicitando ver al muchacho  para cumplir su cometido, viéndolo cómo se encontraba postrado en la cama con su pierna entablillada, decidió seguir adelante, el anciano se encontraba aliviado pues éste era su único hijo, y él no quería enviarlo a aquella batalla; “padre, padre que desgracia, padre mío no he podido servir a mi rey como es mi deber, que desgracia padre, que desgracia”. “Hijo mío” respondió su anciano padre “es una situación inevitable la que te a postrado en esta cama, pero estoy seguro que cuando puedas ponerte en pie el rey estará necesitando todavía de sus siervos para ayudarlo en su batalla, no maldigas tu suerte hijo mío, hay que darle tiempo al tiempo”

 


Para el siguiente día el sirviente llegó a la puerta de la alcoba del muchacho, que se encontraba con su anciano padre “mi señor el caballo de su hijo ha desaparecido de las caballerizas, no podemos encontrarlo” el joven recibió esta noticia con mucho desaliento “que desgracia padre mío, he perdido mi caballo, la mala suerte me acompaña” el sabio anciano envió a su sirviente a que siguiera buscando al caballo, “ya aparecerá hijo mío, ten paciencia todo sucede por una razón, hay que darle tiempo al tiempo”. Tres días después llegó a la casa del joven muchacho y de su padre anciano la noticia de que las tropas enviadas al norte a luchar por el reino, habían sido emboscadas y habían perecido todos los jóvenes que habían acudido a esta, el muchacho miró a su padre y se sintió aliviado, a pesar de sentir el dolor de la muerte de estos valientes él no quería morir y mucho menos dejar a su anciano padre solo, “es así hijo mío como una aparente calamidad ha salvado tu vida” le dijo su padre. “no todas las cosas que parecen malas son necesariamente malas”. Esa misma tarde después de comer, llegó el siervo del anciano y dirigiéndose al muchacho y a su padre les dijo “hemos encontrado el caballo de su hijo señor, se había ido a la pradera y regresó con una yegua” el joven aterrado miraba a su padre, y el sabio anciano le dijo; “ves hijo mío creíste haber perdido un caballo y al contrario has ganado otro y muy seguramente una cría saldrá de esta inesperada unión”, “no todo lo que nos parece malo es necesariamente malo” meditaba el joven muchacho para sí mismo… Según esta antigua historia el joven muchacho se convirtió en un valiente caballero que sirvió por muchos años a su Rey y venció en muchas batallas, todos decían que tenía un excelente caballo, y decían también, que a cada batalla que asistía, a pesar de muchos inconvenientes que solían presentarse en su camino, el caballero llevaba siempre una actitud positiva, la convicción de que iban a salir vencedores, pues luchaban por el bienestar y la prosperidad de su reino y conocía que todas las adversidades traen consigo su propia recompensa, para quien sabe esperar por ella…>>